Productor que apostó por la citronella y obtuvo buenos resultados
José Olivera tiene 60 años. Hace 45 que trabaja en una chacra de su propiedad ubicada en la colonia Puerto Paraíso, a 30 kilómetros de El Soberbio, sobre la ruta costera dos, camino a los Saltos del Moconá. “Nunca me tomé vacaciones”, recordó.
Con las manos y la cara curtidas de trabajar bajo el sol, relató ante El Territorio cómo hizo para salir del “círculo del tabaco” para ser un hombre libre y dedicarse a otros tipos de producción.
Como la mayoría de los que viven en la costa del río Uruguay ‘Yuca’-como lo conocen en El Soberbio-, se dedica a la plantación de citronella. Pero también plantó por más de 15 años tabaco y conoce desde adentro las dificultades por las que atraviesan los productores tabacaleros y el sacrificio que significa plantar tabaco para ganar “un peso con cincuenta por día en un año”, reflexionó.
Sentado sobre un banco en la galería de su casa de madera, el maduro agricultor contó cómo el tabacoconvierte a los pequeños productores en esclavos de un círculo difícil de dejar: “Yo colono me anoto en una empresa tabacalera porque quiero plantar tabaco. Digo que voy a plantar una determinada cantidad de plantas y firmo un papel con la presencia de unos abogados. Allí mismo me dan los insumos para esa cantidad que quiero plantar; me dan las semillas, la tierra, las bandejas, abono, veneno y todo lo que necesito para producir. A partir del momento en que me anoto puedo ir a cualquier comercio del centro de El Soberbio y tengo crédito para comprar en supermercados,carnicerías y demás comercios”.
“Empiezo a retirar mercadería mientras cultivo, pero cuando entrego el tabaco, el dinero que me paga la empresa no me alcanza para saldar las cuentas del almacén y como no tengo más dinero necesito que me sigan dando crédito”, agregó.
Y siguió relatando: “Entonces para poder pagar mis deudas planto de nuevo y ahí empieza nuevamente el círculo. No te das una idea la cantidad de gente que está en ese círculo vicioso y no puede salir. Muchos tienen que vender sus carros y bueyes para pagar sus cuentas. Lleva tanto tiempo cuidar el tabaco que no tienen tiempo de hacer otra cosa”.
Hoy José se dedica a la producción de citronella, esponjas, mandioca y maíz, además de trabajar con la cría de ganado y gallinas. “Yo hice una cuenta por día de cuánto ganaba con el tabaco y casi me muero al darme cuenta que me estaba dejando sólo un peso con cincuenta. Hoy no quiero saber nada, nunca más”, dijo.
Este montaraz que vivió toda su vida en la colonia hizo la cuenta para El Territorio: “dos hectáreas detabaco producen 40 mil plantas que producen 1690 kilos de tabaco. Con un año de cuidados exclusivos, saqué 7222 pesos, pero a eso hay que restarle la compra de los insumos para el cuidado que en el momento del contrato me los da la empresa tabacalera. Restando eso me quedan cinco mil y pico de ganancias en un año entero dedicado sólo al cuidado de esas plantas. A esos cinco mil pesos también debo restar el salario que debo pagarle a los empleados que trabajan en la chacra porque solo no puedo. Haciendo las cuentas me queda un peso con cincuenta por día por todo un año de trabajo. En cambio con la esencia de la citronella, con 100 kilos que me lleva una semana de cosecha y dos días de alambique, me quedan siete mil pesos por cada corte y puedo hacer dos cortes al año”.
Pero salir del círculo no es fácil. El cuidado del tabaco y su dedicación lleva tanto tiempo que es casi imposible pensar en actividades laborales alternativas.
Yuca logró salir de ese círculo gracias a que siempre tuvo plantas de citronella. “La citronella nace en la capoera como yuyo y no le hacen falta muchos cuidados. Tengo plantas que tienen 30 años y me siguen dando esencia, sólo las tengo que proteger de sequías y heladas”.
“Otra ventaja es que se puede guardar mucho tiempo, no como el tabaco que mientras más tiempo pasa, menos pesa y menos te pagan. Además puedo alambicar en cualquier momento y tener efectivo rápido. Aparte no lleva tóxicos como sí los lleva el tabaco. Y mientras tengo tiempo trato de producir todo lo que puedo. La cosecha y alambique de citronella se hace en 30 o 40 días y me queda todo el resto del tiempo para ocuparme de producir lo que quiero”, resumió.