Ganadería: Destacan la aplicación de tecnología en la alimentación
Carlos Balastegui un investigador en biotecnología que trabaja en un proyecto relativo a nutrientes de la Biofábrica informó que “en Misiones estamos trabajando con la caña de azúcar porque es un recurso muy valorado en la transferencia a alimentos balanceados. Mediante aditivos, fermentos, que se incorporan a la caña de azúcar se reproduce una proteína de pre digestión de la fibra. Hoy, prácticamente después de un año, podemos demostrar que está reemplazando a un silaje de maíz”. El silaje es una técnica de conservación del forraje con el uso de microorganismos y el del maíz uno de los insumos más usado en todo el mundo.
Indicó que se trata de “una ventaja muy importante porque con una hectárea de caña de azúcar logramos comparativamente lo que se produce en 2-3 de maíz. Es decir estamos logrando más producción por hectárea, con menores costos y más tiempo de cosecha que el maíz. El maíz tiene una cosecha muy corta y con la caña de azúcar podemos tener un silaje desde junio a fines de noviembre, hasta diciembre”, apuntó.
“Esto beneficia al pequeño productor porque le permite producir su propio alimento con un equipo chiquito y poder nutrir a sus animales a bajo costo. El alimento se fabrica sencillamente y desde una regadora se lo rehidrata y en una semana se lo puede estar utilizando. Esa vaca que come 25 kilos de silaje dará 20-25 litros de leche. Tenemos que lograr esa conciencia de alimentos a bajo costos que nos permitirán disponer de carne y leche y a entender que debemos cuidar esta fábrica que es la vaca”.
Pero además hizo noatr la intención de trabajar también con la mandioca porque “hemos visto que nuestro productor la está utilizando para el mantenimiento de sus animales, sin advertir el potencial que tiene. Porque es una fuente de energía espectacular que reemplaza al grano de maíz, al silaje de maíz o de sorgo, porque aporta la parte energética que el animal necesita”.
Dijo que la elaboración del afrecho de mandioca responde también “al uso de los microorganismos que hemos aprendido a realizar. Porque existen antes de la aparición del hombre y seguramente se mantendrán después de su desaparición”, comentó.
Observó que con los que se trabaja es porque “son levaduras, bacterias lácticas, acéticas, que aportan beneficios a los alimentos”.