La Biofábrica avanza en la producción de tres variedades de semillas de maíz con alto rendimiento y mayor adaptabilidad al clima misionero


Dentro del Área Productora de Semillas Nativas y Criollas, una unidad productiva instalada en los últimos años en la Biofábrica de Misiones, trabajan en la producción y selección de tres semillas de maíz. Se trata de Kayano, Mato Grosso y Azteca, tres variedades que mostraron ser de gran adaptabilidad a las condiciones climáticas del suelo misionero y resistentes a factores externos como plagas de insectos.
“Vamos a analizar la potencialidad de cada una buscando su triple impacto: el de la producción de reservas invernales (forrajes), producción de granos y producción de semillas”, explicó el ingeniero agrónomo, Juan Serventi.
Con triple impacto según explica Serventi, hace referencia a que la semilla esté preparada para ser empleada como reservas invernales y forrajeras (destinada a la producción de ganado), en la producción de granos y en la comercialización de semillas, detalló el también subgerente de la Biofábrica.
“Lo que no tiene un híbrido comercial es la producción de semilla. Así que ahí encontramos una nueva unidad de negocio, una nueva posibilidad. Es decir, el productor puede plantar las semillas en su chacra o bien venderlas a otros”, señaló.
Además, dejó en claro que cuando se habla de “adaptada” no significa que hay manipulación genética en el proceso de producción de las semillas. “Es una selección 100% natural y biológica propia de la planta”, donde las plantaciones atraviesan un proceso de estudio y selección tras ser sometida a distintos factores como el clima o las plagas, indicó Serventi.

“Nosotros vemos la potencialidad de estos maíces que, tras años de selección, vienen con esa estabilidad de rendimiento ante inclemencias climáticas (como la sequía o El Niño), que antes eran esporádicas, pero ahora son más comunes de lo normal. Todo eso se hace más difícil hoy en día el manejo agronómico de cultivo y en este sentido, descubrimos un gran potencial en estas variedades”, reveló el ingeniero agrónomo.
Una vez que estas semillas se lancen al mercado, la idea es que lleguen a los productores misioneros con instrucciones y recomendaciones claras del manejo agronomico detallado por los mismos profesionales de la biofábrica, para que de esta forma sean bien utilizadas y generen la rentabilidad esperada.
La Biofábrica de Misiones no se detiene
Serventi afirmó que el equipo profesional de la biofábrica no para y dentro del Área Productora de Semillas Nativas y Criollas seguirán trabajando con otros cultivos. “Esta nueva unidad productiva busca producir también otros tipos de semilla para poder brindarle al productor distintas variedades genéticas y servir como cultivo de servicio, ya sea invernales como estivales”, manifestó.
En lo que respecta a los cultivos invernales Serventi reveló que podrían avanzar en semillas de lupino o avena blanca, aunque por otro lado también podrían avocarse a los estival, como el poroto sable o la mucuna.
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“Aún nos queda definir cuál sería el siguiente cultivo, hay una variedad importante. Siempre y cuando el tiempo lo permita comenzaremos la siembra y calculamos que para marzo o mayo estaremos cosechando. Ahí vamos a tener el lote disponible para hacer una siembra invernal de otros cultivos”, aseguró.
Por último, dejó en claro que siempre detrás de cada proyecto que asume la Biofábrica hay demandas o necesidades por resolver de los misioneros. Particularmente este trabajo que realizan con las semillas atiende a una “demanda fuerte por parte de los productores y su concientización de cambiar el sistema productivo tradicional, de pasar de la tierra arada en el yerbal a tener siempre cubierto con cubiertas verdes que además de evitar la erosión, generan vida en el suelo”, manifestó.
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