El programa “La naturaleza y la gente”, liderado por INTA y la Fundación Vida Silvestre, integra conservación y productividad en Misiones. Luis Grondona explica cómo los sistemas agroforestales y el manejo del agua mejoran la producción agrícola mientras preservan el ambiente. El proyecto fomenta la restauración del paisaje y la capacitación de productores locales.
El programa “La naturaleza y la gente” busca conjugar la conservación ambiental con la productividad agrícola en el Nordeste Misionero, una región que enfrenta el desafío de mantener sus ricos recursos naturales mientras sustenta el desarrollo local. Luis Grondona, jefe de la Agencia INTA San Pedro, explicó las diversas estrategias que el programa utiliza para alcanzar este equilibrio.
Grondona destacó que el enfoque del programa se centra en prácticas que no solo conservan el ambiente, sino que también promueven el desarrollo humano. “Cuando uno habla de cuestiones ambientales, de la conservación, nunca debe olvidarse también de que ese concepto debe incorporar el desarrollo de la gente”, afirmó. En este sentido, se busca integrar prácticas que mejoren la productividad agrícola con una perspectiva ambiental, como la conservación del suelo y el manejo del agua.
Sistemas agroforestales: imitar a la naturaleza
Una de las estrategias clave es la implementación de sistemas agroforestales, que combinan cultivos agrícolas con árboles nativos. “Estamos proponiendo sistemas agroforestales para esta zona, donde la yerba es nativa. La incorporación de árboles en los yerbales genera condiciones favorables para mejorar la producción”, explicó Grondona. Este enfoque no solo aumenta la productividad, sino que también mejora las condiciones ambientales.

El manejo del agua: un recurso vital
A pesar de la percepción de abundancia de agua en Misiones, el manejo adecuado de este recurso es crucial. Grondona señaló que el agua debe quedar en la chacra y estar disponible para el desarrollo de los cultivos durante todo el año. “Hay todo un desafío de generar estrategias desde el punto de vista del manejo de este recurso para generar una estrategia de disponibilidad”, subrayó.
Restauración del paisaje: un enfoque colectivo
La restauración del paisaje es otro componente esencial del programa. En San Pedro, unas 4.000 a 5.000 hectáreas son objeto de esfuerzos de restauración en este proyecto, involucrando a 300 o 400 familias. Grondona enfatizó la importancia de considerar el paisaje en su totalidad para entender cómo funcionan los servicios ecosistémicos y cómo mejorar la conservación y la producción.
El programa promueve la sostenibilidad de las unidades productivas en el tiempo. “¿Todos los años voy a producir lo mismo o voy a producir un poco más?”, planteó Grondona, aludiendo a la necesidad de generar estrategias de conservación vinculadas a la producción. La idea es evitar depender de recursos externos y asegurar la viabilidad a largo plazo.
Dentro del proyecto, las familias se comprometen a restaurar una hectárea de bosque nativo y enriquecer montes degradados con especies nativas. Además, se fomenta la instalación de sistemas agroforestales con tecnologías de INTA para garantizar alta productividad. Este enfoque se complementa con capacitaciones en diversas áreas agrícolas para fortalecer la producción local.
Un esfuerzo conjunto liderado por la Fundación Vida Silvestre
El programa, liderado por la Fundación Vida Silvestre con INTA como parte de la mesa técnica, ya ha involucrado a 93 familias en la instalación de 140 hectáreas de sistemas agroforestales en la región. Se espera continuar con el proyecto durante tres años más, incorporando a 150 familias adicionales.
Capacitación integral para un futuro sostenible
La capacitación es un pilar fundamental del programa. Grondona detalló que se ofrecen capacitaciones en yerba mate, ganadería, producción de cerdo, horticultura, valor agregado y comercialización. El objetivo es dotar a los productores de las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas y diversificar su producción.
El enfoque del programa también aboga por la diversificación de la producción, promoviendo una autosuficiencia alimentaria. “El productor, la familia que produce alimento, produce proteína animal, produce proteína vegetal, todo ese conjunto forma parte de su propia vida”, indicó Grondona, resaltando la importancia de abordar diferentes aspectos productivos.
“La naturaleza y la gente” es un programa innovador que fusiona la conservación del entorno natural con la mejora de la productividad agrícola. A través de estrategias como los sistemas agroforestales y el manejo eficiente del agua, se busca no solo preservar el medioambiente, sino también garantizar un desarrollo humano sostenible en el Nordeste Misionero.
