El coordinador de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, Medardo Ávila Vázquez, alertó sobre el impacto del glifosato en la salud de las comunidades rurales argentinas. Con investigaciones publicadas en revistas científicas, asegura que la exposición a agrotóxicos multiplica los casos de cáncer, malformaciones y enfermedades crónicas.
En Argentina, la discusión sobre el uso de agrotóxicos sigue abierta y cada vez más atravesada por la evidencia científica. “Hace años venimos investigando el impacto que tienen sobre la salud de las poblaciones rurales”, explicó Medardo Ávila Vázquez, coordinador de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.
El médico sostuvo que la organización nació al detectar que “las personas de estas comunidades se enfermaban de una forma distinta a la que se enfermaba el resto de la población argentina”. Según sus estudios, en las zonas fumigadas el 50% de las muertes se debe a cáncer, mientras que a nivel nacional ese porcentaje ronda el 20%.
“Es un impacto muy fuerte que pudimos certificar, hacer evaluaciones y publicar en revistas científicas. Por eso reclamamos que haya protección, que se reduzcan las aplicaciones de glifosato y que se alejen de los lugares donde vive gente”, enfatizó.
Ávila Vázquez advirtió que el herbicida se mantiene en el suelo durante 120 días y contamina el agua que consumen niños y embarazadas. “Los chicos presentan más trastornos de desarrollo intelectual, de autismo, de aprendizaje y sociabilización. Esa exposición deja huellas en el desarrollo neurológico desde el embarazo”, describió.
El primer caso investigado se dio en el barrio Ituzaingó de Córdoba, donde Ávila Vázquez fue secretario de Salud. “De pronto un barrio de 5.000 personas empezó a llenarse de cánceres, abortos espontáneos y malformaciones. Cuando mapeamos los casos, descubrimos que estaban más cerca del campo. Era el campo lo que lo estaba enfermando”, relató.
El especialista recordó que, en un principio, los médicos no entendían el fenómeno porque “la industria decía que el glifosato no era tóxico”. Sin embargo, sus estudios demostraron lo contrario: “Genera daño genético, asma, alteraciones endocrinas. Era una realidad distinta a la que nos contaban”.
La investigación luego se replicó en pueblos de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. “Publicamos en revistas internacionales el aumento de cáncer, malformaciones, abortos y casos de asma disparados en estas poblaciones”, señaló.
En Córdoba, el conflicto llegó a la Justicia. “En barrio Ituzaingó se prohibió fumigar, pero los sojeros seguían haciéndolo de noche. Tuvimos que iniciar una causa penal y los metimos presos porque estaban violando la ley de residuos peligrosos”, detalló Ávila Vázquez.
Con el tiempo, la Red de Médicos acompañó a comunidades rurales en todo el país para impulsar ordenanzas y leyes locales. “Se trata de proteger a las familias campesinas y avanzar hacia una agricultura sin venenos. No puede ser que produzcamos alimentos con químicos que después consumen nuestros hijos y vecinos”, remarcó.
El médico denunció que el agronegocio sigue imponiéndose gracias al poder económico de las multinacionales. “Son empresas que facturan 3.000 millones de dólares al año en Argentina. El modelo hace que cada temporada los productores necesiten más herbicida porque las plantas se hacen resistentes”, explicó.
No obstante, subrayó que la conciencia social crece. “La gente exige alimentos libres de agrotóxicos y agua limpia. En Misiones, por ejemplo, la yerba orgánica es reconocida a nivel nacional, pero los grandes yerbales aún presentan residuos de glifosato”, comentó.
Ávila Vázquez cerró con un mensaje contundente: “No se trata de atacar al pequeño productor, sino de proteger su salud y la de su familia. La ciencia ya mostró los daños. El desafío es avanzar hacia una producción que alimente sin enfermar”.
De la pandemia al boom de la frutilla en Misiones
— misionesonline.net (@misionesonline) September 28, 2025
Ale Ale es una empresa familiar que pasó de 2 invernaderos con 6.000 plantas a más de 50.000 frutillas en solo 5 años. Con un sistema de semi-hidroponía, lograron adaptar este cultivo de clima frío al calor y la humedad… pic.twitter.com/ngWjSofxXo