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Conservación en acción en la Reserva Suirirí: el proyecto que preserva pacas y agutíes en Misiones

Una historia de dedicación y persistencia, Marcia Helou, veterinaria apasionada por la fauna nativa, dejó atrás la vida en la capital nacional para cumplir su gran sueño en Misiones: el estudio y la conservación de especies nativas. Con casi 20 años dedicados de su vida, hoy cuenta su trayectoria con las pacas y agutíes. 

Marcia Helou, veterinaria oriunda de Buenos Aires, encontró su verdadera lugar en Misiones tras tiempo de trabajar con animales domésticos y anhelar dedicarse a la fauna silvestre, como fue su sueño por el cual decidió estudiar esta carrera. Su trayectoria cambió cuando decidió seguir las señales del destino y mudarse a la tierra colorada. “Llegué a Misiones atraída por la fauna nativa”, comentó Marcia con entusiasmo, recordando cómo una amiga y colega la inspiró a perseguir su sueño de trabajar con animales silvestres. “Así como me contestó ese correo, ya el otro día renuncié a todas las veterinarias donde trabajaba y saqué pasajes a Posadas, así sin conocer, con una mochila me vine…  Yo dije, ya está. Era como decir, me abrió una ventanita, y dije, ya está, me voy”. contó Helou.

Al instalarse en Misiones, Marcia comenzó a trabajar como voluntaria en el INTA de Cerro Azul, donde tuvo la oportunidad de involucrarse en un proyecto de cría de pacas y agutíes. “De Posadas me fui a vivir a San Vicente porque mi actual marido era de allí, pero seguía viajando a Cerro Azul para trabajar con estos animalitos”, explicó. Su esfuerzo y dedicación dieron frutos cuando finalmente fue contratada como personal del INTA. Con el tiempo, Marcia y su esposo, un guardaparque, comenzaron a soñar con tener su propia reserva privada. A pesar de las dificultades, como el disparo que dejó parapléjico a su esposo y los años de recuperación que siguieron, no abandonaron su meta. “Empezamos a buscar en diferentes lugares que nos alcanzara el presupuesto para comprar”, recordó Marcia, quien finalmente encontró un terreno adecuado en Esmeralda gracias a los contactos de su esposo en la zona.

La ubicación de su reserva, actualmente llamada Suirirí, resultó estratégica para la conservación de la biodiversidad. “Estamos en línea recta, a pocos kilómetros de la reserva de la Biósfera Yabotí, lo que nos da la posibilidad de lograr esa conectividad entre nuestra reservita y la reserva que cuenta con 250 mil hectáreas”, explicó Marcia. Este aspecto fue crucial para permitir el flujo de animales y evitar el aislamiento.

Decidida a continuar su trabajo con los agutíes y pacas, Marcia trasladó el criadero del INTA a su reserva privada. “Durante todo un año estuvimos construyendo las instalaciones para trasladar toda la masa animal”, señaló. En este proceso, más de 100 animales, que constaban de las parejas de pacas y agutíes con sus crías, fueron reubicados en recintos especialmente diseñados para su bienestar. Marcia Helou no solo logró cumplir su sueño personal, sino que también contribuyó a la conservación de la fauna nativa de Misiones a través de su trabajo en la Reserva Suirirí.

pacas y aguties

 Crianza en cautiverio y la importancia del manejo genético

Hace ya más de 20 años, Marcia decidió embarcarse en el desafío de criar estas especies en cautiverio, en un momento en que prevalecía el mito de que era casi imposible. “Me enamoré de las pacas y de los agutíes. Cuantito las conocí, me encariñé. Me encantó el reto de ver si se podían criar en cautiverio”, manifestó Helou, quien desde entonces ha trabajado incansablemente para desmitificar estas creencias.

Desde el inicio, Marcia se enfocó en el manejo genético para evitar la extracción de animales del monte, promoviendo así la conservación de estas especies. “Empezamos a formar cazalcitos nuevos. Siempre desde el día uno manejé la genética”, explicó. Este enfoque le permitió formar parejas evitando la consanguinidad, lo que es esencial para mantener la variabilidad genética y garantizar la biodiversidad. Marcia mantiene un registro meticuloso de cada individuo, asegurándose de que no estén emparentados o que lo estén lo menos posible. “Lo manejo con apuntes, tengo un árbol genealógico de cada individuo… llevo registro de cada individuo, hijo de quién es, nieto de quién es, bisnieto de quién es” detalló Marcia.

El criadero de Marcia está diseñado para simular el hábitat natural de las pacas y agutíes, con recintos de 5 por 10 metros que incluyen madrigueras con una estructura para poder realizar el manejo adecuado. “Cada instalación tiene una base perimetral porque tienen hábitos cavadores”, explicó. Además, cuenta con refugios, comederos y bebederos, y se asegura de mantener el entorno limpio para evitar parásitos y moscas. La materia orgánica recolectada se utiliza para abonar cultivos, cerrando así un ciclo ecológico.

La alimentación de las pacas y agutíes en el criadero se basa en frutas, hojas y tubérculos, replicando su dieta natural. Marcia enfatiza la importancia de ofrecer alimentos libres de agroquímicos. “Es preferible dar menos variedad de cosas pero que estén garantizados que lo que le están dando esté libre de agroquímicos”, afirmó. Esto se debe a que estos animales nativos no están preparados para soportar residuos de venenos, lo que podría ser perjudicial para su salud.

A lo largo de los años, Marcia ha logrado un éxito notable en la reproducción de estas especies en cautiverio. “Empezaron a dar su fruto, enseguida empezaron a reproducirse”, dijo con orgullo. Aunque los agutíes tienden a reproducirse más rápidamente, Marcia ha mantenido un equilibrio en la población de ambas especies, asegurando que el criadero sea autosostenible.

El trabajo de Marcia no solo ha contribuido a la conservación de estas especies, sino que también ha tenido un impacto educativo. Al compartir su conocimiento y experiencia, ha inspirado a otros productores a adoptar prácticas similares, promoviendo la conservación de la biodiversidad local. El compromiso de Marcia con la conservación se refleja en cada aspecto de su criadero, desde la estructura hasta la alimentación.

Marcia Helou continúa trabajando incansablemente para mejorar las condiciones de vida de las pacas y agutíes en su criadero. “Tengo reproductores que son mis reproductores y cada uno tiene su nombre”, mencionó, subrayando la importancia de mantener una población saludable y diversa. Con una visión clara y un profundo amor por estas especies, Marcia espera seguir contribuyendo al conocimiento y conservación de la fauna nativa.

pacas y agutíes

Proyecto de conservación junto a productores locales

La labor de Marcia no solo abarca el cuidado de estos animales, sino también la implementación de proyectos que buscan reducir la caza furtiva y promover la reintroducción de especies a su hábitat natural. A través de un enfoque amigable, la veterinaria trabaja con productores locales para fomentar la cría en cautiverio como una alternativa sostenible.

La iniciativa de Helou nace con el propósito de encontrar alternativas a la caza furtiva, un problema que afecta gravemente a la biodiversidad de la región. “Eso ya estaba en la idea del proyecto original del INTA”, explicó. La propuesta es criar animales silvestres en cautiverio y despertar el interés de los productores por la alimentación como fuente de proteína de monte.

Para que los productores puedan tener un criadero, Marcia sugiere un enfoque meticuloso y guiado. “Les sugiero que vengan a ver acá al criadero, así charlamos, les cuento cómo son las instalaciones, el manejo”, comentó. Este proceso incluye la construcción de instalaciones bajo su asesoramiento técnico y seguimiento posterior a la entrega de la pareja de pacas o agutíes. Además, los productores deben presentar una carpeta al Ministerio de Ecología para obtener la habilitación como criadero de fauna nativa, respetando las leyes y normas vigentes.

Marcia enfatiza la importancia del bienestar animal en su proyecto. “Promuevo el bienestar de los animales porque son silvestres y los tenemos bajo manejo”, afirmó. Los animales en cautiverio no son domésticos ni domesticados, por lo que su cuidado requiere adaptar las condiciones para su salud y reproducción. El objetivo es que los animales se sientan bien y se reproduzcan en un entorno que respete sus necesidades naturales.

Reintroducción a la naturaleza: un proceso gradual

El proyecto también contempla la reintroducción de animales a su hábitat natural en reservas privadas. “Se planteó como una reintroducción blanda”, explicó Helou. Este enfoque implica que los animales pasen por una etapa de adaptación en un recinto dentro de la reserva privada antes de ser liberados. Durante este tiempo, se acostumbran a los olores, ruidos y personas que encontrarán en su entorno natural.

La reintroducción contempla dos opciones: liberar a los juveniles que han sido adaptados o esperar a que se reproduzcan en cautiverio y liberar a sus crías. Ambas estrategias buscan asegurar que los animales puedan integrarse exitosamente a su entorno natural. Sin embargo, Helou reconoce que “no es lo mismo que un animal totalmente libre”, y por eso continúan investigando las capacidades de supervivencia de estos animales frente a posibles peligros.

Uno de los mayores retos del proyecto es evaluar la capacidad de los animales para reconocer y reaccionar ante amenazas, como cazadores furtivos. Marcia y su equipo están realizando estudios para determinar “qué tanto son animales que tienen la misma chance de reconocer un peligro”. Este conocimiento es crucial para garantizar el éxito de la reintroducción y la supervivencia de las especies en la naturaleza. 

“Devolver a la naturaleza lo que de ella fue extraído por tanto tiempo” es el deseo de Marcia. 

Su proyecto actual y a futuro gira en torno a la reintroducción de especies, centrando sus esfuerzos en el monitoreo detallado de animales liberados. “Estoy trabajando mucho en el monitoreo”, declaró Marcia. Este proceso implica estudiar el comportamiento de los animales una vez que son liberados, analizando aspectos como sus patrones de movimiento, dispersión, y el mantenimiento de parejas. Marcia utiliza cámaras trampa, dispositivos que se colocan estratégicamente en el monte para detectar movimiento y capturar imágenes o videos. Este enfoque permite rastrear el desplazamiento de los animales, comenzando desde el núcleo donde son reintroducidos hacia el exterior.

El monitoreo de las pacas y los agutíes presenta desafíos y particularidades. Marcia explicó que las pacas poseen pintas blancas distintivas en sus costados, lo que facilita su identificación individual. “Estas pintitas son como su huella digital”, afirmó. Este detalle permite comprender mejor su dispersión y reproducción en libertad. Sin embargo, los agutíes, con su color uniforme y falta de dimorfismo, representan un reto mayor en términos de individualización. Marcia destacó la importancia de desarrollar técnicas de marcación específicas para estos animales, facilitando así el estudio de su comportamiento en su hábitat natural. El objetivo final es lograr que las futuras generaciones de estos animales sean completamente silvestres, nacidas y criadas en libertad, libres de la influencia humana.

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