La Asociación Orquideófilos de Posadas reunió a expertos y aficionados en un evento donde nativas, híbridos y especies exóticas compiten bajo un riguroso juzgamiento que combina técnica, conocimiento y pasión por la horticultura.
La Fiesta Nacional de la Orquídea volvió a Posadas con un despliegue de colores, aromas y conocimientos que congregó a aficionados y expertos de todo el país. Cecilia Fernández Díaz, presidente de la Asociación Orquidiológica de Posadas, destacó que este evento ya se ha convertido en un clásico para los amantes de estas flores.
“Este es el segundo año de experiencia en esta actividad para mí, y es un concurso donde se juzgan distintas categorías de orquídeas. Me tocó nuevamente evaluar las nativas, terrestres y epífitas”, explicó Fernández Díaz, subrayando la complejidad del proceso de juzgamiento.
La evaluación se realiza siguiendo un reglamento específico, en ternas de tres o cuatro jueces, revisando cada planta sin conocer la identidad del cultivador. “Es un juzgamiento anónimo; nuestra misión es ser objetivos y determinar los primeros, segundos y terceros premios, además de menciones especiales”, señaló.
Cada planta premiada recibe una cinta: dorada para primer premio, blanca para segundo, naranja para tercero y roja para menciones especiales. Las plantas con premiaciones se agrupan en un sector específico, mientras que el resto de la exposición combina ejemplares con y sin distinciones.
La clasificación de las especies es un punto crucial: se dividen entre nativas terrestres, nativas epífitas y demás géneros, como simbidium, dendrobium o falenopsis. Además, se diferencian los híbridos naturales de los creados por el humano, con reglas estrictas sobre su participación en los concursos.
Fernández Díaz explicó que los híbridos solo pueden competir si están claramente identificados. “Si no, solo entran las especies puras. Es importante conocer la procedencia y la genética de cada planta para juzgarla correctamente”, afirmó.
En comparación con países como Colombia, las especies nativas misioneras son más pequeñas y medianas, aunque su cantidad de flores por planta puede superar las 30, lo que las hace especialmente llamativas en los concursos.







“Cuando vemos una planta muy espectacular, siempre preguntamos al cultivador si es especie o híbrido. Esto nos ayuda a entender mejor el manejo y cuidado que recibió”, agregó la especialista, destacando el conocimiento del cultivador sobre el origen y hábitat natural de la planta.
El cultivo exitoso depende de recrear las condiciones del entorno natural: humedad, iluminación, riego y fertilización son esenciales para que la orquídea florezca. “Si hacemos todo bien, la planta nos sonríe con sus flores; esa es la confirmación de nuestro acierto”, explicó.
La Fiesta Nacional de la Orquídea no solo premia la belleza, sino también el esfuerzo y la dedicación de quienes se adentran en este mundo. La APO busca, además, fomentar la educación sobre la conservación de especies nativas y la pasión por la horticultura.
Fernández Díaz remarcó la importancia de la colaboración entre aficionados y expertos de distintas provincias, quienes comparten técnicas y conocimientos para garantizar que las orquídeas prosperen fuera de su hábitat natural.
La exposición concluyó como un espacio de aprendizaje y disfrute, donde cada visitante pudo apreciar la diversidad de especies, los cuidados que requieren y la dedicación de los cultivadores. La Fiesta Nacional de la Orquídea se consolida así como un encuentro imprescindible para la comunidad horticultural de Misiones.
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— misionesonline.net (@misionesonline) October 27, 2025



