Productores ganaderos afirman que “la ganadería misionera no tiene techo, pero exige planificación e innovación”

Durante la 33ª Fiesta Provincial del Ganadero, productores de Montecarlo compartieron su experiencia y visión sobre la actividad pecuaria en Misiones. La genética, la eficiencia y el trabajo colaborativo se consolidan como pilares para enfrentar los desafíos del clima, los costos y la distancia con los grandes mercados.

La 33ª edición de la Fiesta Provincial del Ganadero volvió a reunir en Montecarlo a los principales protagonistas del sector pecuario misionero. Entre remates, charlas técnicas y exposiciones, los productores coincidieron en un mensaje claro: la ganadería de la provincia no tiene techo, pero exige planificación, innovación y políticas sostenidas para seguir creciendo.

Camilo Sosa, productor de la zona y miembro de la organización del evento, explicó que su trabajo se centra en la cría, por método tradicional, aunque con la mirada puesta en el mejoramiento genético. “Mi objetivo es lograr un rodeo de Brangus de pelaje colorado, pero eso lleva años de selección y constancia”, contó. En su caso, realiza la venta de terneros al momento del destete, un proceso que abarca entre nueve y catorce meses.

La rentabilidad, según reconoció, está estrechamente vinculada al acceso a alimentos y granos. “Misiones tiene poca producción de granos y eso genera un cuello de botella. Traerlos de otras provincias encarece todo el proceso”, señaló Sosa, quien destacó que el gran desafío hacia adelante es producir el alimento localmente. En esa línea, subrayó que “la sanidad y la genética son las claves para tener un rodeo competitivo”.

Por su parte, Nicolás Hödl, productor también de Montecarlo, trabaja en la etapa de recría a campo, comprando terneros livianos para llevarlos hasta los 300 kilos. “El proceso lleva cerca de un año, dependiendo del clima. En invierno se trabaja con suplementación estratégica y pastoreo rotativo”, explicó. A pesar de la distancia con la zona núcleo, valoró el esfuerzo del sector: “Los precios acá están algo rezagados, pero los remates nos ayudan a fijar un valor de referencia justo”.

Durante el remate realizado en el marco de la fiesta, se subastaron unas 300 cabezas, principalmente de invernada. Para Hödl, estos espacios “no sólo son vitales para la comercialización, sino también para medir la calidad genética que se está alcanzando en la provincia”. Destacó que la inseminación a tiempo fijo y el uso de toros de alta calidad son prácticas cada vez más comunes en los establecimientos locales.

El impacto del clima también ocupa un lugar central en la agenda de los productores. Las lluvias, los caminos deteriorados y las heladas son parte de la realidad cotidiana. “El invierno fue muy cruel este año, y eso obliga a los productores a ser previsores. Si no tenés forraje guardado, la sequía o el frío pueden afectar muy fuerte la rentabilidad”, explicó Sosa. La adaptabilidad, agregó, es parte de la identidad ganadera misionera.

La genética aparece como el motor silencioso del cambio. Hödl aseguró que en los últimos años se incrementaron las inversiones en mejoramiento y capacitación. “Se ve año a año el progreso en los corrales. Misiones incorporó tecnología y genética de alto nivel, lo que se traduce en mejor carne y mayor competitividad”, sostuvo. En esto coincidió Sosa, quien afirmó que “la genética es el corazón del progreso ganadero”.

Ambos productores coincidieron también en la importancia de los remates ferias como espacios de referencia. “En las ferias logramos mejores precios que en las ventas directas. Son fundamentales porque marcan la tendencia y fortalecen la transparencia del mercado”, explicó Hödl. Montecarlo, recordó, cuenta con al menos tres remates anuales que dinamizan la economía local y regional.

Más allá de los aspectos técnicos, la Fiesta Provincial del Ganadero tiene un valor simbólico que trasciende lo comercial. “Es el punto de encuentro del sector, donde aprendemos, compartimos y proyectamos. Es una muestra de la producción de toda la provincia”, destacó Sosa. En el predio se mezclaron el aroma del asado, el sonido de las subastas y el diálogo entre generaciones de productores.

El futuro, para ambos, se construye sobre bases sólidas: trabajo en conjunto, conocimiento y visión a largo plazo. “Misiones necesita un plan ganadero integral que contemple las diferencias de cada zona, pero que nos una en el objetivo común de crecer”, planteó Sosa, convencido de que la ganadería misionera tiene un horizonte sin límites.

Mientras tanto, el eco del martillo en el remate de Montecarlo marcó algo más que precios: fue el reflejo de un sector que, pese a las dificultades, sigue apostando por el trabajo y la innovación. En palabras de Hödl, “la ganadería misionera tiene mucho por dar, y cada remate es una señal de que estamos en el camino correcto”.

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