La ingeniera agrónoma María Helena Irastorza destacó la importancia de capacitar a productores orgánicos y enseñar técnicas que combinan la ciencia, la innovación y la sostenibilidad, potenciando el cuidado del suelo y la biodiversidad.
María Helena Irastorza, ingeniera agrónoma, resaltó el papel clave de MAPO en el apoyo a productores orgánicos, no solo en la producción sino también en la comercialización y capacitación. “MAPO está para guiar al productor, informarlo, darle bibliografía y mostrarle innovaciones que se están aplicando en otros países para garantizar el éxito”, afirmó.
La especialista subrayó que al inicio la producción orgánica puede resultar costosa y compleja, pero destacó que la clave está en comprender el suelo y la materia orgánica, que alberga microorganismos esenciales para la nutrición de las plantas.
“Lo importante para el productor orgánico es enseñarle a preparar sus propios bioinsumos y biopreparados usando elementos simples como alfalfa, leguminosas, polvo de roca, leche o cenizas. Con ellos se pueden fertilizar las plantas y proteger los vegetales ya cosechados”, explicó Irastorza.
La ingeniera también destacó la importancia de herramientas sencillas que se pueden implementar en la finca, como el té de compost o lombricompost, que permiten vehiculizar microorganismos beneficiosos y mejorar la fertilidad de los cultivos de manera natural.En cuanto al manejo de plagas, Irastorza recomendó estrategias orgánicas como repelentes naturales, ecohoteles para insectos benéficos y policultivos estratégicos. “Por ejemplo, plantar albahaca junto a tomate puede confundir a los insectos y proteger la planta de plagas”, señaló.
Además, destacó el valor de la educación para jóvenes productores que buscan comer sano y producir sus propias hortalizas. “Se puede cultivar lechugas o chiscoria en cajoneras o balcones, incluso sin grandes conocimientos previos, acercándose a la naturaleza y aprendiendo de cada cultivo”, afirmó.
Irastorza destacó que la agricultura orgánica también contribuye a la biodiversidad. Contó que en su experiencia con corredores de biodiversidad en California se promueve la presencia de aves insectívoras para controlar plagas y favorecer la polinización de manera natural.
“Es muy importante volver a compartir estos conocimientos después de tantos años y ver que el interés por la producción orgánica se ha duplicado. Eso me hace muy feliz y demuestra que estamos en el camino correcto”, aseguró la agrónoma.
La capacitación y el intercambio con expertos permiten a los productores conocer problemáticas locales y soluciones prácticas, desde el manejo de suelos hasta la implementación de innovaciones internacionales, siempre respetando los principios de la producción orgánica.
Según Irastorza, la misión de MAPO y de los cursos de formación es continuar estimulando a los productores para que adopten prácticas sostenibles, preserven la biodiversidad y logren cultivos exitosos, demostrando que la agricultura orgánica puede ser rentable, educativa y saludable.
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— misionesonline.net (@misionesonline) October 27, 2025




