La implementación de la caravana electrónica en Argentina, establecida por la resolución del Senasa, busca mejorar la trazabilidad del ganado. Sin embargo, los altos costos y las infraestructuras necesarias representan un desafío para los pequeños productores, quienes podrían quedar excluidos del sistema formal.
La reciente resolución 530.20.25 del Senasa establece una nueva obligación para la identificación de animales en Argentina, generando tanto expectativas como preocupación entre los productores. Según explicó Fernando Tejedor, productor y presidente de la Asociación de Criadores de Búfalos de Misiones, la normativa abarca a bovinos, bubalinos y cérvidos, instaurando una identificación mediante dispositivos electrónicos. Sin embargo, la aplicación de esta medida no está exenta de polémica, especialmente entre los pequeños productores.
El proceso de implementación de la caravana electrónica ya ha iniciado de forma voluntaria hasta el día 31 de diciembre, mientras a partir del 1 de enero de 2026 será obligatoria. Los dispositivos disponibles incluyen opciones subcutáneas, tipo botón y otros que se ingieren y permanecen en el rumen del animal. Aunque la medida busca mejorar la trazabilidad de los productos cárnicos, Tejedor destacó que inicialmente se había prometido a los productores que los dispositivos serían gratuitos, lo cual ya no es el caso.
Además, el presidente de la Asociación de Criadores de Búfalos de Misiones señaló que la licitación para la producción de estos dispositivos, que había sido ganada por una empresa el año pasado, resultó en un revés cuando la compañía declaró no tener la capacidad de fabricar la cantidad necesaria. “Aparentemente, puede haber varios oferentes ahora”, mencionó Tejedor, insinuando la posibilidad de nuevas oportunidades de adquisición para los productores.
El precio de los dispositivos y el bastón lector, necesario para registrar los datos del chip, sigue siendo un tema de debate. Tejedor manifestó que “el bastón vale un millón, un millón y medio de pesos” según algunos ejemplares que existen en el mercado, lo que representa una barrera económica significativa para los pequeños productores que solo realizarían unas pocas transacciones al año. El costo aún no es seguro, según Tejedor puede variar dependiendo de cual empresa se encargue de proveer los dispositivos. Este costo adicional se suma a la preocupación de cómo la normativa afectará a aquellos con menos de 20 cabezas de ganado, quienes generalmente operan fuera del circuito formal.
En términos de trazabilidad, la medida busca facilitar la identificación y seguimiento de los animales, lo cual es fundamental para la exportación de carne. “Podemos rastrear que el ternero nació en Misiones y terminó en un frigorífico de Buenos Aires”, explicó Tejedor, destacando el potencial de la normativa para mejorar la transparencia y seguridad en la cadena de suministro de carne.
No obstante, la implementación de esta tecnología enfrenta desafíos significativos en Misiones, una región caracterizada por pequeños productores que muchas veces no cuentan con la infraestructura necesaria. “Conozco a los vacunadores que vacunan a los animales en el monte porque el dueño no tiene un corral”, compartió Tejedor, ilustrando la desconexión entre las políticas diseñadas en Buenos Aires y la realidad del campo. A pesar de las dificultades, la resolución podría representar un avance necesario para la industria ganadera.
Sin embargo, Tejedor sugirió un enfoque gradual: “Hagamos esto para la gente que exporta carne en un principio y después vayamos avanzando en el resto de los productores”. Esta propuesta busca evitar que los pequeños productores queden excluidos y se vean forzados a operar en la informalidad, sin embargo, aún hay muchos detalles que atender en esta nueva normativa.
La implementación de la caravana electrónica en Misiones plantea un dilema entre la modernización del sector y la necesidad de políticas inclusivas. Aunque la visión del Senasa apunta a un sistema de trazabilidad robusto, es crucial considerar las realidades locales para que la normativa sea efectiva y equitativa.
La cría de búfalos en Misiones: una actividad en crecimiento
La cría de búfalos en la provincia de Misiones está en plena expansión, según Tejedor. A pesar de que la asociación aún se encuentra en proceso de formalización legal, la actividad bufalina avanza con rapidez en la región. Tejedor explicó que están recogiendo las firmas de los productores para cumplir con el requisito mínimo de 50 miembros y formalizar la asociación, que abarcará toda la provincia.
El interés por la cría de búfalos ha aumentado significativamente, sobre todo entre pequeños productores que buscan diversificar sus explotaciones. Aunque la mayoría de estos productores posee menos de 40 búfalos, algunos han optado por expandir sus rebaños debido a las ventajas que ofrece esta especie. Tejedor señaló: “La incorporación de nuevos productores es cada vez más acelerada”.
Una de las principales ventajas de la cría de búfalos en Misiones es su adaptabilidad al clima subtropical de la región. “El búfalo, por su origen y millones de años de selección, está adaptado a climas tropicales húmedos”, afirmó Tejedor. Esta capacidad les permite enfrentar mejor los desafíos climáticos locales, como la humedad y la presencia de parásitos externos, lo que reduce los costos de producción asociados al control de estas plagas.
La carne de búfalo está ganando popularidad en el mercado local por sus características nutricionales. Tejedor explicó que esta carne es más magra, contiene más proteína y menos colesterol que la carne vacuna. “La carne de búfalo no tiene grasa intramuscular, lo que la hace más saludable”, destacó. Además, las carnicerías comienzan a demandar este producto debido a su calidad.

Desafíos y estrategias de adaptación
A pesar de las ventajas, la cría de búfalos en Misiones enfrenta desafíos climáticos, especialmente en invierno. Las heladas pueden afectar los pastos tropicales, esenciales para la alimentación del ganado. Tejedor indicó que los productores deben prepararse para estos eventos mediante la creación de reservas de alimento, como la caña de azúcar y el silo, para asegurar la nutrición adecuada del ganado durante los meses fríos.
Los productores han implementado diversas estrategias para enfrentar las heladas, como el uso de caña de azúcar y la producción de silo, que permiten mantener una dieta equilibrada para los búfalos. “El pasto seco y el rollo de pasto son alternativas para asegurar que el ganado reciba los nutrientes necesarios”, explicó Tejedor, enfatizando la importancia de estas técnicas para mitigar los efectos de las heladas.
En cuanto a la comercialización, Tejedor mencionó que la carne de búfalo se vende a precios comparables a los de la carne vacuna, lo que la convierte en una opción atractiva para los consumidores. “El nicho de mercado para la carne de búfalo no se basa en el precio, sino en su calidad”, afirmó, resaltando el potencial de esta carne para atraer a un público cada vez más amplio.
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— misionesonline.net (@misionesonline) July 28, 2025