Sara María Álvares, productora en Corrientes, desafió las expectativas al desarrollar un próspero negocio de lácteos de búfala. A través de capacitación y adaptación, su proyecto ha crecido, empleando a locales y produciendo una variedad de productos. Con optimismo, Álvares planea expandir su producción integrando tecnología y genética lechera.
En Corrientes, una provincia reconocida por su clima complejo, la producción láctea derivada de la leche de búfala está ganando terreno. Sara María Álvares, una productora local, decidió enfrentar el desafío de desarrollar esta actividad en condiciones poco convencionales.
En una entrevista reciente, compartió su experiencia y cómo, a pesar de las dudas iniciales, logró establecer un próspero negocio de productos lácteos de búfala. Álvares recordó el comienzo de su emprendimiento como una idea que parecía descabellada. “Realmente al principio nos parecía un poco una locura poder hacer tambo en Corrientes en una zona donde con las altas temperaturas al principio no nos animamos y pensamos ordeñar para consumo”, comentó.
Sin embargo, el entusiasmo creció rápidamente cuando decidieron clasificar algunas lecheras para consumo personal, lo que desencadenó una cadena de eventos que los llevó a elegir 15 búfalas para su proyecto. La productora destacó cómo, después de seleccionar las búfalas adecuadas, su producción de leche se incrementó significativamente. Esto les permitió aventurarse en la elaboración de diversos productos lácteos. “Hoy estamos haciendo quesos de pasta hilada, hacemos boconchinos, burrata, stracciatella, yogur, dulce de leche, un queso campero, y el licor dulce de leche fue el boom de esta expo”, detalló Álvares, orgullosa de la variedad de su oferta.
Un aspecto esencial para el éxito de su emprendimiento fue la capacitación en sanidad y elaboración de productos lácteos. “Empezamos por la sanidad, haciendo cursos, entrenándonos para poder elaborar”, explicó. Además, resaltó la importancia de rodearse de personas generosas que les brindaron apoyo y consejos valiosos en el camino.
A pesar de no contar con una tradición lechera en su familia, Álvares y su equipo han logrado superar numerosos obstáculos gracias al aprendizaje constante y la disposición para adaptarse. “Nos estamos enamorando de la actividad que es una actividad dura pero gratificante a la vez”, manifestó, resaltando la satisfacción que les brinda su trabajo diario.
El impacto social de su proyecto también es un aspecto a tener en cuenta. El emprendimiento ha permitido la capacitación y empleo de personas locales, así como el retorno de trabajadores de otras provincias. “Fue genial porque no solamente se trabaja con gente de la zona, promocionando a las personas de la zona, capacitando a la gente de la zona”, señaló Álvares.
La relación con los búfalos, animales que pueden resultar intimidantes a simple vista, también ha sido un aspecto determinante del proceso. Con la capacitación adecuada, el personal ha aprendido a manejar estos animales, lo cual ha generado un vínculo de admiración y respeto. “El búfalo a simple vista es un animal intimidante, es como encontrarse con un elefante básicamente, pero luego se encuentran con un animal mu fácil de manejar”, comentó.
Álvares ve el futuro con optimismo, considerando este año como un periodo de prueba y aprendizaje. “Nos tomamos este año como año piloto, año laboratorio, estudiar un poco también el tema del mercado”, afirmó. Su objetivo es seguir creciendo e incorporar tecnología y genética lechera para mejorar la producción.
Finalmente, aunque los tiempos biológicos son más largos, Álvares confía en que su proyecto continuará desarrollándose. “Queremos crecer, este año pensamos a través de incorporar genética, genética lechera”, concluyó la entrevista brindada a Fernando Tejedor, conductor del programa Tecnificando el Agro, que se emite por el streaming de Misiones Online.



