Cada 5 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsa una reflexión global sobre el valor del suelo. Este año, bajo el lema “Suelos sanos para ciudades saludables”, el organismo invita a pensar en cómo este recurso sostiene de manera silenciosa la vida, la producción de alimentos y el equilibrio de los ecosistemas, incluso en un mundo cada vez más urbanizado.
El suelo no es solo el soporte de la actividad agropecuaria: cumple funciones esenciales para la supervivencia del planeta. Purifica el agua, almacena carbono, regula la temperatura y resguarda una biodiversidad inmensa. De hecho, en una simple cucharada de suelo pueden habitar más organismos que personas existen en el mundo. Desde Fertilizar Asociación Civil recuerdan que “el suelo es mucho más que simple tierra; en apenas unos centímetros de suelo fértil se produce el 95% de nuestros alimentos”, donde los nutrientes se generan, circulan y se reciclan para sostener los ecosistemas.
Frente al avance del cambio climático y a un fenómeno urbano cada vez más acelerado —la FAO estima que dos tercios de la humanidad vivirán en ciudades para 2050—, los suelos urbanos cobran un papel decisivo. En ese contexto, el organismo promueve el concepto de “Una sola salud”, que vincula directamente la salud del suelo con la de los ecosistemas y las personas, reconociendo que su degradación impacta de manera transversal.


Uno de los componentes centrales de la salud del suelo es la materia orgánica, considerada el “corazón” del sistema. No solo mejora la estructura y la capacidad de retener agua, sino que actúa como un reservorio natural que almacena y libera nutrientes de forma gradual. Según explican desde Fertilizar AC, este proceso es determinante para garantizar fertilidad, productividad y resiliencia frente al cambio climático, permitiendo sostener el rendimiento agrícola a largo plazo.
Por eso, advierten que monitorear los niveles de materia orgánica es clave, ya que manejos inadecuados —como la extracción constante de nutrientes sin reposición— pueden deteriorar este factor esencial. Tal como señala María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de Fertilizar AC, “promovemos decisiones agronómicas responsables basadas en análisis de suelo y en estrategias que consideran las 4C de la aplicación de nutrientes: momento, dosis, forma y lugar correctos. Conocer el suelo es el primer paso para protegerlo. Mantener su calidad siempre es más eficiente que repararlo una vez deteriorado”.
Los datos más recientes muestran una situación preocupante: durante la campaña 2024/2025, cerca del 60 % de los nutrientes que extraen los principales cultivos no se reponen. Esa brecha impacta directamente en la calidad del suelo, compromete la sostenibilidad de la producción y pone en riesgo la estabilidad agrícola a futuro.
En ese sentido, Esteban Ciarlo, coordinador técnico de Fertilizar AC, remarca que “promover prácticas responsables de fertilización y manejo integrado es esencial para devolverle al suelo lo que nos brinda, asegurando su salud y su capacidad de alimentar a las generaciones futuras”.
Fuente: Infobae.



