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Las intensas heladas de este año golpearon la producción de ananá en Misiones: habrá frutas más chicas y menos rendimiento

Las heladas intensas de este invierno afectaron duramente la producción de ananá en Misiones. Víctor Massi, productor de Colonia Aurora, explicó el ciclo del cultivo y las dificultades que enfrentan los agricultores para sostener la calidad y el rendimiento de la fruta.

Las heladas de este año dejaron una fuerte marca en los cultivos de ananá de la provincia de Misiones. Productores de distintas zonas advirtieron que, si bien habrá fruta disponible, el tamaño será mucho menor al habitual y los volúmenes de cosecha estarán por debajo de lo esperado.

“El ciclo del ananá es bastante largo. Después que empieza la muda, hay que replantar y esperar dos años para que recién florezca. Entonces lleva tiempo en cultivar, en carpir, en arreglar, hasta que produce la fruta”, explicó Víctor Massi, productor de Colonia Aurora.

Según detalló, desde que se planta hasta que la fruta está lista para consumo transcurren tres años: dos de crecimiento de la planta y siete meses adicionales desde que florece hasta que madura. “Una planta da fruta una sola vez y después hay que renovarla con la muda o el tronco que queda abajo. Eso se vuelve a plantar y así sigue el ciclo”, comentó.

Para garantizar cosechas todos los años, los agricultores mantienen cuadros de plantación rotativos. Cada fruta puede dar entre tres y cinco plantines, que se utilizan para renovar los lotes. “Si cada año tenés una fruta, cada año podés seguir plantando y mantener la cadena”, señaló Massi.

El productor resaltó que el ananá requiere cuidados específicos: un suelo limpio, libre de malezas y con buen control de plagas. “El ananá no quiere otra planta cerca, necesita el espacio solo para crecer fuerte. Hay que pulverizar contra hongos y ácaros, que son las plagas más comunes en esta zona”, explicó.

Las condiciones climáticas también influyen directamente en la sanidad de la planta. “El ananá no le gusta tanto la humedad. Cuanto más húmedo, más plaga ataca. Prefiere el clima más seco, por eso el invierno es complicado porque la planta queda más lenta y ahí vienen los problemas”, indicó.

Este año, las heladas extremas agravaron la situación. “Fue un grave problema porque la helada fue inesperada y muy fuerte. La tela antihelada ayuda, pero protege hasta un grado nomás. De cero para abajo ya no aguanta más”, relató Massi, visiblemente preocupado por la pérdida de calidad.

Las consecuencias ya son evidentes en la fruta. “La producción va a ser muy baja, y no tanto en cantidad, sino en calidad. La fruta será más chica. Si normalmente pesa dos kilos o dos kilos y medio, este año no creo que llegue ni a dos kilos”, advirtió.

La recuperación de las plantas también se ve limitada. “Cuando llega agosto o septiembre, florece, y hasta ahí no le da tiempo a recuperarse de la helada. Cuanto menos hoja tiene, menos fuerza genera la planta, y la fruta sale más pequeña”, explicó el agricultor.

A pesar de estas dificultades, el ananá sigue siendo rentable en comparación con otros cultivos tradicionales de la zona. “No es que necesita tanto abono ni tantos gastos como el tabaco, por ejemplo. Siempre fue rentable para nosotros”, aseguró Massi.

El mercado del ananá en Misiones se sostiene con precios relativamente estables, acordados entre productores para evitar desequilibrios. “Este año el precio estaba entre 2.500 y 3.000 pesos la fruta. Es parejo porque los revendedores trabajan en varias ciudades y no pueden poner un precio en un lado y otro en otro”, explicó el productor.

Con más de 20 años dedicados al cultivo, Massi subrayó la importancia de seguir apostando al ananá. “Para nosotros siempre fue un buen cultivo. Si se planta en chacras fuertes y nuevas, el rendimiento es alto y con menos gastos. A pesar de las heladas, seguimos trabajando porque es nuestra vida y nuestro sustento”, concluyó.

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